laprovincia.es
La anticipación de las compras por temor a los aranceles provoca que las ventas del Archipiélago a Estados Unidos superen a las importaciones
El estilo navajero que Donald Trump ha instaurado en las negociaciones comerciales con el resto del mundo no parece atragantarse, por el momento, ni a España ni a Canarias. Bien porque todos los agentes están aprovechando la prórroga de 90 días que graciosamente ha decidido conceder el presidente de Estados Unidos y aceleran sus compras, o bien porque los mercados han optado por no atender ya tanto a las boutades del loco del pelo naranja, lo cierto es que en el primer trimestre las exportaciones españolas se incrementaron un 2,5% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Y hay más, el Archipiélago fue la comunidad autónoma que lideró el avance, con un 24,1%, según los datos publicados recientemente por la Secretaría de Estado de Comercio.
Aquello ocurrió el 10 de abril, con lo que debería ser el mismo día del mes de julio cuando el abrazo al proteccionismo tomara forma. Siempre, eso sí, que antes no se produzca un entendimiento entre los negociadores. Y como quiera que no es del agrado de Trump que la delegación designada por Bruselas para esta labor busque un buen acuerdo para la UE, el inquilino de la Casa Blanca volvió a abrir la navaja el viernes amenazando con llevar los aranceles al 50%. El vaivén no cesa.
En este contexto resulta más sencillo de entender que entre enero y marzo la balanza comercial Canarias-USA luzca un signo positivo. En los tres primeros meses de este 2025, desde las Islas han salido mercancías con destino a EEUU por valor de 37 millones de euros y las que han hecho el camino inverso han supuesto un desembolso de 33,5 millones de euros. En pocos momentos anteriores las exportaciones han superado a las importaciones en esta relación comercial bilateral.
Vaciar el ‘stock’
¿Qué argumento soporta este hecho que merece el calificativo de fenómeno? El temor a que se consolide la tendencia proteccionista al llegar julio es un motor importante. Quesos, vinos y aceites son los principales productos que Canarias vende al gigante norteamericano. Unas mercancías que se instalan en el segmento gourmet del comercio alimentario. No son productos perecederos, lo que permite anticipar las compras y vaciar el stock antes de que puedan encarecerse y perder integrantes de la habitual demanda.
Desde otro ángulo y en busca de una vista idéntica, durante todo el año pasado el Archipiélago exportó a Estados Unidos por valor de 33,6 millones de euros, cantidad menor de la alcanzada en solo el primer trimestre de 2025. La noticia solo es feliz en apariencia, es lógico pensar que en cualquier caso el ritmo se atenuará en los próximos meses, ya que esta anticipación de las compras va a mantener bien llenos los almacenes estadounidenses de delicatessen canarias durante buena parte de la segunda mitad del año.
En la segunda mitad del año es previsible que el ritmo de los intercambios caiga de manera notable
Mientras Donald Trump deshoja la margarita, en la medida en que se lo permita la gran cantidad de compatriotas que van a verse afectados, incluidos algunos de los que apostaron por él durante la campaña que desembocó en las presidenciales del pasado noviembre, los empresarios canarios trabajan con el Gobierno de Canarias en la implantación de medidas individualizadas que permitan suavizar la situación. El objetivo es proteger el empleo de una posible caída de la producción.
El cine, expectante
Otra de las posibles damnificadas es la diversificación económica que ansía Canarias. Uno de los sectores que con mayor ímpetu, sostenido, ha emergido en los últimos años en el Archipiélago es el de la industria cinematográfica. Los incentivos consagrados en el Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REF) han seducido –también la riqueza paisajística y la profesionalidad del sector local– a un buen número de producciones, pero también en este ámbito quiere Trump que se quede todo dentro de las fronteras de su país.
Hace un año, el Consejo de Ministros sacó de las ruedas del incentivo el palo que suponía tener un límite anual de 50 millones de euros como cantidad tope bonificable. El resultado es que el cine arrancó este 2025 a ritmo de road movie. La mala noticia es que puede frenar en seco si se concreta el arancel del 100% anunciado por el hombre más poderoso del mundo para gravar todas las películas rodadas más allá de las lindes estadounidenses. La esperanza del sector es que resulte imposible poner puertas a un monte como el del celuloide, una única producción puede rodarse en muchos países.